Alimentación y Fisioterapia.
Cómo recuperar un estilo de vida saludable a través de una correcta alimentación y fisioterapia.
¿Qué es lo primero que os viene a la mente cuando hablamos de estilo de vida saludable? Alimentación, eso seguro, pero también ejercicio, descanso, tranquilidad, y… ¿Fisioterapia?
Probablemente no conocéis la estrecha relación que existe entre Alimentación y Fisioterapia, y es por esto que hoy os explicaremos las razones por las que muchas dolencias musculares que terminan siendo tratadas a través de la fisioterapia, pueden también, prevenirse con una alimentación específica y un estilo de vida diferente.
Pues bien, para entender la relación entre alimentación y fisioterapia, debemos entender que alimentarse no es lo mismo que nutrirse. En la actualidad existen muchos tipos de alimentos y nuestro ajetreado estilo de vida nos hace optar por alimentos rápidos y de fácil acceso, especialmente los alimentos procesados de forma industrial. El alto contenido en sodio, azúcares, aceites refinados, y altas cantidades de ingredientes artificiales contenidos en los alimentos industrializados, afectan directamente al hígado, encargado de la desintoxicación y limpieza del organismo. Cuando el hígado deja de funcionar correctamente da lugar a la creación de patologías, enfermedades o dolencias musculo-esqueléticas.
La alimentación tiene una estrecha relación con el correcto funcionamiento del aparato locomotor, lesiones, dolores musculares y articulares a través de la intoxicación de tejidos de forma directa o como disfunciones vertebrales, de forma indirecta.
Una dieta equilibrada y nutritiva aporta nutrientes que favorecen el mantenimiento y la recuperación de los tejidos del organismo fomentando así la regeneración de los órganos, los músculos, las articulaciones y los huesos.
Para entender realmente la relación entre alimentación y fisioterapia, debemos entender el vínculo entre lo que comemos y lo que nos duele.
Desde la aparición de pequeñas dolencias de espalda y articulaciones hasta la complicación de enfermedades reumatológicas, neuropsiquiátricas o cánceres, muchas de estas enfermedades tienen su origen en inadecuados hábitos alimenticios y estilos de vida poco saludables.
Hemos de considerar que después de una lesión, los tendones pueden tardar hasta 1 año en regenerarse y una alimentación poco saludable que impide la regeneración de los tejidos retarda aún más el proceso de recuperación.
El consumo de alimentos que presenten un alto contenido en Vitaminas del complejo B, Vitamina D, Calcio y Magnesio que encontramos en plátanos, patatas, coles de Bruselas, coliflor, berros, o aguacate, nos ayudarán a favorecer la salud de la musculatura, tendones y articulaciones.
Desde cefaleas, mareos o vértigos hasta la aparición de hernias discales u osteoporosis, son muchas las patologías que surgen como consecuencia de una mala alimentación por ingesta de alimentos poco saludables o debido a cocciones incorrectas. En todos los casos, procurar nutrirse con alimentos alcalinizantes y evitar el consumo de alimentos acidificantes, así como reducir el consumo de lácteos, embutidos, alimentos procesados, azúcares refinados, chocolates con azúcar, bebidas alcohólicas y azucaradas, así como cocciones fritas, ayudará siempre a aumentar la regeneración celular que, a su vez, propiciará la mejora de nuestra salud muscular.